Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt

La Hora ha venido buscando información con el afán de que se nos permita entender a los ciudadanos muchas cosas de nuestra capital y la manera en la que se opera y por ello es que, por medio de la Ley de Acceso a la Información Pública, solicitamos datos respecto a los pasos a desnivel que se han construido en la ciudad del futuro.

Con el afán de ubicar al lector y citando una simple definición de Wikipedia, el incentivo perverso «es un incentivo que tiene un resultado no intencionado y no deseado que es contrario a los intereses de los propulsores del incentivo. Los incentivos perversos son un tipo de consecuencias imprevistas.»

Pues bien, resulta que era vox populi, y así fue confirmado por la información de la MUNI, que 13 pasos a desnivel que ha «realizado» la comuna han sido pagados, en su mayoría, por entidades privadas que realizaron o realizarán obras en determinados sectores. Ver versión impresa página 6 y 7 o puede descargar aquí el documento.

Los pagos por esos pasos a desnivel los hace el contribuyente bajo el concepto de impacto vial, es decir, para compensar el impacto que su referido proyecto tendrá en la ciudad. Nosotros en La Hora seguimos en busca de respuestas y deseamos conocer cómo se compone el presupuesto de la MUNI con relación a las megaobras, porque si vía el impacto vial las empresas pagan los pasos a desnivel, ¿qué pasa con las partidas de inversión, si es que existen y en qué se gastan?

Estamos también pidiendo copia de los contratos firmados con los constructores de las obras, para terminar de entender cómo es que se pactan los mismos y qué clases de verificaciones se llevan a cabo, pero a las periodistas que están en ello solo se les ha mostrado algunos documentos y se les permite tomar notas (porque no pueden fotocopiar, escanear ni tomar fotos) y son celosamente vigiladas por una persona que la MUNI delega.

Pero el punto es este: Si la MUNI le cobra a los desarrolladores por medio del estudio de impacto vial las obras que luego muestra como «obras y no palabras», ¿qué certeza tenemos los capitalinos de que la MUNI planifica en base a lo que necesita para agilizar el tránsito y no solo pide mega obras (pasos a desnivel) para taparle el ojo al macho con los impactos que tienen las obras desarrolladas?

Sería interesante conocer qué licencias de construcción se han pedido y se han negado por impacto vial, por ejemplo, porque eso nos daría algunas luces, pero mi punto es que hay un incentivo perverso toda vez que la MUNI está a la espera de quienes harán algo cerca de una mega obra pretendida, para que la paguen y me temo si eso implica hacer análisis de fondo para determinar qué es mejor para el municipio.

¿Se dan las licencias que en realidad van acorde a la planificación del futuro o se dan las licencias necesarias para que sean los desarrolladores quienes paguen obras que tienen más fines políticos que prácticos? Es de recordar que mucha gente dice que prefiere a alguien que haga negocios pero que deje obra aunque sea válido cuestionar los beneficios de la misma.

También me surge la duda de si, en parte, las licencias se tardan tanto en ser emitidas porque además de que ahora hay otras instancias (CONRED, SALUD por ejemplo), se toman su tiempo para ver si en la zona hay más desarrollos nuevos o remodelaciones que contribuyan a las mega obras que se presentan como logros políticos.

¿Esas obras nos han ayudado a resolver el problema del tránsito o solo son la cara «bonita» que tapa el ojo al macho a un problema de tránsito que agravan algunos desarrollos?

Nosotros seguimos en busca de respuestas y ojalá, podamos tener acceso a toda la información que pedimos y que a partir de ahí, podamos debatir qué ciudad tenemos y qué ciudad queremos.

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