Madrid,
Agencia dpa

El delegado del papa Francisco, el cardenal Angelo Amato, presidió la celebración eucarística, que se celebró al aire libre en el barrio de Valdebebas de la capital española y a la que asistieron más de 200 mil personas, según la organización, además de mil 200 sacerdotes, más de 150 obispos y 17 cardenales.

La misa arrancó con unas palabras del Papa, quien a través de una misiva animó a los fieles a buscar «el camino de la santidad en la sencillez y cotidianidad de la vida» siguiendo el camino de Del Portillo.

Uno de los momentos más emocionantes tuvo lugar cuando el cardenal Amato pronunció en latín la fórmula de beatificación y anunció que la festividad del nuevo beato será el 12 de mayo, día de su primera comunión.

_Inter28_1b«Los santos nos invitan a introducir en el seno de la Iglesia y de la sociedad el aire puro de la gracia de dios, que renueva la faz de la tierra», dijo el cardenal en el altar, donde se desplegó un gran retrato del nuevo beato.

El proceso de beatificación de Álvaro del Portillo se abrió el 5 de marzo de 2004, diez años después de su muerte.

El 5 de julio de 2013, el papa Francisco firmó el decreto de aprobación del milagro, por el que reconoció como milagrosa la intercesión de Del Portillo para la recuperación en 2003 de un bebé chileno que estuvo en parada cardiaca más de media hora.

Hoy, la familia del niño estuvo presente en la eucaristía y fue la encargada de portar hasta el altar un pequeño relicario con la sangre del nuevo beato.

La vida del sucesor de Escrivá de Balaguer, conocido como «Don Álvaro», estuvo estrechamente vinculada a Roma, ciudad en la que vivió durante 50 años y en la que reposan sus restos, pero también a Madrid, donde creció.

Nació en la capital española en 1914 y se incorporó al Opus Dei en 1935, cuando era estudiante de ingeniería. Desde entonces se convirtió en el más estrecho colaborador de Escrivá de Balaguer.

En 1944, terminados sus estudios civiles y eclesiásticos, fue ordenado sacerdote y posteriormente se trasladó a Roma para impulsar la aprobación canónica de la institución por parte del Vaticano, participar como experto en las sesiones del Concilio Vaticano II y dirigir junto con el fundador en la expansión del Opus por el mundo.

Tras la muerte de Escrivá, en 1975, tomó las riendas de la institución, convertida ya en una organización internacional.

Durante su mandato, el Opus Dei inició labor en 21 nuevos países, entre ellos Bolivia, República Dominicana, Nicaragua, India, Israel y varios de Europa del Este.

Entre sus hitos están la beatificación del fundador, en 1992, y la erección del Opus en prelatura personal en 1982, fórmula jurídica que le confiere una gran independencia al convertirla en una especie de «diócesis mundial».

Del Portillo murió en Roma el 23 de marzo de 1994 tras regresar de un viaje por Tierra Santa. El papa Juan Pablo II, quien lo ordenó obispo en 1991, acudió a rezar esa misma noche ante sus restos mortales en la central del Opus Dei en el barrio romano del Parioli.

El cardenal Amato destacó hoy de él su fe, esperanza y caridad, pero sobre todo su «extraordinaria» humildad. Sus detractores, sin embargo, lo acusaban de estar apegado a la riqueza y los honores personales y de tener fuertes desvaríos de carácter.

El Opus Dei cuenta con más de 80 mil miembros en los cinco continentes y es considerado uno de los grupos católicos más influyentes de la actualidad, pero también uno de los más controvertidos.

Artículo anteriorLa erupción de un volcán en Japón deja 11 heridos
Artículo siguienteUcrania: 2 muertos pese a cese de fuego