POR MARIELA CASTAÑÓN
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Seis personas fueron capturadas en cuatro departamentos, por presuntamente integrar una estructura delictiva que movió Q800 millones, los cuales podrían provenir del crimen organizado. Las autoridades no capturaron a la lideresa de la estructura, debido a que un grupo de pobladores lo impidió.

Fiscales del Ministerio Público (MP) e investigadores de la Policía Nacional Civil (PNC) realizaron 12 allanamientos en Petén, Huehuetenango, Izabal y Chiquimula, para detener a los miembros de una banda que habría incurrido en el delito de lavado de dinero y otros activos.

Entre las órdenes de captura estaba la de la presunta lideresa de la banda, María Gonzala Rivas López, quien no fue detenida, debido a que un grupo de pobladores de La mesilla, Huehuetenango no lo permitió. Según fiscales, los rebasaban en cantidad. Las diligencias de búsqueda y detención continúan, se informó por parte de la PNC.

En tanto, sí fueron detenidos Elmer Josué Pinto López, de 56 años; Marlon Estevi Vega Menéndez, 47; Israel Urbina Ortiz, 60; Gumercinda Osorio González, 40; Adelso Rodríguez Mejía, 40 y Óscar Noé Osorio Velásquez 67.

LA ESTRUCTURA Y RIVAS

Una denuncia de la Intendencia de Verificación Especial (IVE) de la Superintendencia de Bancos (SIB) a la Fiscalía de Sección contra el Lavado de Dinero, alertó a las autoridades sobre la forma cómo lavaba dinero la estructura.

Por otro lado, las pesquisas de la Subdirección de Investigación Criminal (SGIC) de la PNC, determinaron que durante el período del 2 de febrero al 23 de mayo del año 2013, María Gonzala Rivas López, realizó operaciones de crédito por Q2 millones 693 mil 639.60 y por operaciones de débito Q2 millones 644 mil 400.

Aunado a que entre el 1 de enero de 2013 al 31 de diciembre de 2014, recibió depósitos por Q12 millones 144 mil 322.19 y después los distribuyó a 12 personas.

Las pesquisas señalaron que la forma de lavar el dinero iniciaba cuando Rivas López recibía el dinero y los distribuía por medio de cheques a diferentes personas, quienes a su vez lo endosaban y depositaban en diferentes cuentas. Esta estructura habría movido Q800 millones.

Por otro lado, según la SGIC, Rivas no tenía la capacidad económica para realizar las operaciones financieras descritas, además no justificó la forma cómo obtuvo el dinero para realizar las diferentes transacciones.

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