Y es que mientras no son jardines y las políticas de maquillaje que generan votos o los oscuros fideicomisos que, malpensados que somos, nos hace imaginar terribles manejos para justificar la oscuridad con que se realizan, las autoridades no tienen más que esa actitud despectiva que es reflejo de la arrogancia que han mostrado por lo general.
Pero lo peor está aún por verse porque es sabido por todos que la explosiva construcción de edificios que de manera exprés consiguen sus licencias podrían ser el gran drama si es que algún sismo hace que el desenlace dependa de la seriedad del desarrollador porque, de parte de las autoridades, las licencias no son más que fuente de plata porque nunca han servido como un método de controlar la calidad de lo que se le ofrece a los ciudadanos.
Y lo mismo pasa con las carreteras, las escuelas, centros de Salud, cárceles y cualquier otro tipo de relación entre sector privado y público en el que se le pone una atención especial y se realiza un trabajo minucioso en el acuerdo de las comisiones y mordidas que generan las asignaciones, pero que no se pone ni un mínimo porcentaje de esa atención a la calidad de las obras que terminan en derrumbes en las primeras lluvias, en escuelas destruidas antes de terminar el primer ciclo escolar, centros de salud que parecen mataderos y cárceles que terminan siendo la estructura ideal para realizar el trabajo de premio o castigo de reos según su rol con los “jefes”.
Pero todo esto termina siendo por la ya famosa corrupta forma de ejercer el servicio público y por la falta de reacción de una sociedad que todo lo acepta como válido. Se partió la vaca de las empresas estatales para generar a los grandes millonarios de la década, sacando de la jugada a los que eran inconvenientes o molestos, pero se sigue premiando la mediocridad y la desfachatez.
¿Hasta cuándo vamos a permitir que nuestros recursos sigan siendo únicamente útiles para que los políticos del momento se fabriquen sus “mini” monarquías? Porque ya va siendo hora que la eficiencia que plantean para pactar las comisiones y esconder los fideicomisos, la utilicen para garantizar el estado de la infraestructura.