Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt

La crisis del Partido Patriota había iniciado. Roxana Baldetti ya había abandonado el barco y Otto Pérez se sentía solo. Él ya sabía algo que los ciudadanos desconocíamos y eso era que, al avanzar las investigaciones, estas le alcanzarían.

Era el 18 de junio del año pasado y Joviel Acevedo, en compañía de Luis Lara (q.e.p.d.) y sus huestes de los sindicatos salían a las calles, supuestamente, para rechazar los cambios a la Ley de Servicio Civil, pero en realidad lo hacían intentando dar una demostración de fuerza suficiente para hacer temer a los adversarios de Pérez Molina.

El llamado no fue como antes y si bien acudieron bastantes sindicalistas, las fricciones pasaron factura y no lograron el objetivo. La presión social, y en especial la de la justicia, seguía para Pérez Molina y él rondaba en la Casa Presidencial como un enfermo terminal que ya sabe su destino; solo era cuestión de tiempo y forma, pero él sabía que no llegaba al 14 a las 14.

Dando la última batalla, Pérez Molina sale en cadena nacional el 23 de agosto y hace un llamado a los defensores del sistema, principalmente a Joviel Acevedo. La nota de La Hora del 24 de agosto reportaba: (https://lahora.gt/perez-molina-se-pliega-al-sistema-y-sus-actores/):

“El presidente Pérez Molina abogó por una manifestación en “toda su fuerza” de “esa Guatemala profunda, de las organizaciones sociales, esa Guatemala rural que ha estado en el centro de mi atención, esa Guatemala plural y diversa”. “Los insto, hoy como nunca, a defender nuestra incipiente democracia, a ver con optimismo el futuro y a hacer las transformaciones profundas del Estado, que nos abran el camino hacia una Guatemala más segura, más justa, más transparente, más participativa y más próspera”.

Días más tarde vino la masiva manifestación y otros pocos días después salió la orden de captura de Pérez y el resto es historia, pero me pregunto, ¿no será un manual que empieza Jimmy Morales a imitar?

Solo Morales sabe si las investigaciones por el caso de su hijo y hermano lo alcanzan a él. Según Soy 502, el hijo y el hermano del Presidente fueron más que unos simples facilitadores de facturas y serían los creadores de los negocios.

Ayer Jimmy Morales y Joviel sellaron vínculos en un momento de plena fragilidad presidencial (política y emocional) y el mandatario lanza sendos piropos a Joviel y al sindicato. ¿Será que todo esto responde a algo que, al igual que con Pérez Molina, los ciudadanos no sabemos pero el Presidente sí?

Si a alguien le quedaba duda de que el candidato que usó la frase de “ni corrupto ni ladrón” (al igual como Bancafé decía que cuidaba el dinero de sus clientes) era un representante de la vieja política, tanto como la otra vieja, es momento de ir abriendo los ojos para ver que estamos ante un político cooptado y con muchos secretos.

Recurrir a Joviel no le funcionó a Pérez Molina y no sé por qué me late que tampoco le servirá a Jimmy Morales, pero lo que sí hizo es pintarse de cuerpo entero.

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