Sandra Xinico Batz
sxinicobatz@gmail.com
¿Por qué un síndrome?
Basta con googlear la palabra síndrome para encontrar una definición sencilla pero clara: “Conjunto de fenómenos que concurren unos con otros y que caracterizan una determinada situación”, en este caso, la convergencia de problemas estructurales (que vendrían a ser los “fenómenos”) como el colonialismo, la ahistoricidad, el racismo y el clasismo, que hacen de la ficción (esta película) una “realidad” perceptible únicamente en una pantalla y que se acaba en una hora con cuarenta minutos, después de ello, en un país de racismo, la imagen del indígena pobre y feo, retoma su lugar en nuestras mentes, acciones y cotidianidad.
De xkanul a ixcanul
“Esto es un sueño personal, humanitario y de país” decía Jayro Bustamante mientras recibía el Premio Platino “Camilo Vives” en Uruguay, uno de los tantos reconocimientos internacionales que ha recibido después de mostrar al mundo la existencia de Guatemala, un país al que llaman (y tratan como) de tercer mundo; haciéndolo héroe por desnudar la desgracia de la vida indígena en contraste con la majestuosidad de los paisajes naturales y de un imponente volcán cuya traducción (de volcán) en kaqchikel fue escrita como ixcanul en lugar de xkanul, resultado del gran desconocimiento que impera alrededor de los idiomas mayas, su estructura y gramática y a los cuales siguen llamando dialectos como manera de demeritarlos o desvalorizarlos. ¿En qué consistiría lo de humanitario y lo de país?
Ixcanul parece conmover a una sociedad (guatemalteca) de una “realidad” que no le es perceptible en la realidad. Asombros sobre el talento de las actrices y actores mayas sin haberse formado en la actuación (“formal”) denotan un pensamiento que cree incapaces a los indígenas y que continúa endiosando la figura del no indígena (bueno) que descubre y potencializa esos talentos como haciéndole un favor a este país de indios y atrasados. ¿Tiene dudas de esto? Otro de los premios internacionales que esta película recibió fue el Premio Fenix a “Mejor Vestuario” y cuyo diseño se le atribuye a Sofía Lantán, basta con observar la publicidad de la película para percatarse que el vestuario que principalmente utilizan es la indumentaria maya, un símbolo fuerte de identidad de los pueblos indígenas que hemos mantenido por miles de años a pesar del exterminio y la discriminación que su uso implica y cuya defensa es un campo de batalla actual por el reconocimiento de derechos de autor y propiedad colectiva. Lantán dedica el premio a toda Guatemala y no puedo dejar de preguntarme a cuál, ¿será a aquella misma que sigue creyendo que nuestra indumentaria fue impuesta por los españoles?
Una película franco-guatemalteca y no guatemalteco-franca
He vuelto a ver una vez más la película y me he percatado (en su inicio) de dos logos que llamaron mi atención: el del INGUAT y el del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia y eso me da algunas respuestas a lo que veo en la pantalla.
(No busque la realidad en la ficción, abra los ojos y observe. Nuestro pasado indígena también es suyo.)