Roberto Arias
Con esta acción valerosa, el Tribunal Supremo Electoral abre una ventana de esperanza a la población hacia poder vislumbrar una lucecita en la oscuridad del sistema legal en Guatemala. Los actos de promoción del “fisiquín” como calificó Baldetti a Alejandro Sinibaldi, el candidato oficial del partido oficialista, riñen absolutamente con la independencia, la decencia y los postulados democráticos de una nación que mantiene una posición de “en desarrollo”.
Baldetti, al frente de los partidarios del partido oficial se amontonaron sobre los jardines del Parque Central de la Ciudad de Guatemala; levantaron tarimas para sentarse los principales, incluyendo ministros, alcaldes y otros funcionarios encargados de velar por el buen funcionamiento del país. En algunas fotografías de prensa puede verse a Mauricio López Bonilla y a Pedro Muadi junto a Roxana Baldetti con sonrisas que demuestran el escarnio o mofa contra el pueblo de Guatemala, especialmente por toda la ilegalidad del asunto y cerca de Q15 millones impunemente gastados.
Utilizaron al Palacio Nacional como fondo del espectáculo, como una burla más, demostrando que ellos pueden utilizar como se les pegue la gana los símbolos de los guatemaltecos para promover actos personales o partidistas políticos sin que haya alguien que pueda ponerlos en su lugar. Por esa razón, muchísimos ciudadanos guatemaltecos están orgullosos de la acción del Tribunal Supremo Electoral (TSE), quien los ubicó dentro de un marco de ilegalidad.
Es necesario apuntar que dos magistrados del TSE no estuvieron de acuerdo con la resolución positiva, correcta y decente tomada por los otros tres magistrados, lo cual vergonzosamente restó unanimidad a lo resuelto. Rudy Marlon Pineda, presidente del TSE, y Jorge Mario Valenzuela, vocal II, razonaron su voto en contra y demostraron que para ellos valen más los oscuros intereses partidistas, que los intereses de Guatemala y de los guatemaltecos por la limpidez de la legalidad en nuestra Nación.
Lo más importante y valeroso de este suceso es que el TSE ordenó también al Registro de Ciudadanos cancelar la inscripción de la vicepresidente Roxana Baldetti como secretaria general del Partido Patriota, pues su labor como funcionaria del Organismo Ejecutivo no es compatible con su cargo directivo en el partido político.
Esto último demuestra el desconocimiento de Baldetti sobre sus propios deberes constitucionales o, la ubica como una persona a la que le valen madre las disposiciones constitucionales de la República de Guatemala.