Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt
Desde hace 13 años el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) impulsa el Modelo Incluyente de Salud (MIS) en algunos municipios del país. Ahora, se busca llevar el proyecto a nivel nacional para fortalecer el primer nivel de atención en salud en aldeas y comunidades indígenas que por años han permanecido vulnerables y al margen de este derecho. La realidad guatemalteca demanda más centros de salud, pues hasta el momento únicamente 1,280 responden al primer nivel de atención de más de 17 millones de guatemaltecos, principalmente del área rural.
El Acuerdo Ministerial 261-2016 establece la implementación del Modelo Incluyente de Salud que incluye aspectos relacionados a la cosmovisión maya y que permitirá su inclusión en los municipios de manera gradual y progresiva, con lo que se busca garantizar el acceso a la atención médica y vigilancia epidemiológica a la población mayoritariamente indígena.
Desde que la ministra de Salud, Lucrecia Hernández Mack, anunció la medida, se generaron críticas de varios sectores por su enfoque con pertinencia intercultural. No obstante, analistas consultados expresaron que todo esfuerzo que busca fortalecer el Sistema de Salud es adecuado, teniendo en cuenta el abandono que ha sufrido este sector durante varios años.
El MSPAS señala que existen varios problemas que afectan la salud de los guatemaltecos. Uno de los principales es la exclusión social, ya que sólo en áreas como Quiché, Totonicapán, Chimaltenango, Sololá y Baja Verapaz, donde radica la mayor cantidad de población indígena, es donde más casos de analfabetismo, desnutrición y mortalidad materna e infantil existen.
Con el nuevo modelo, una de las ventajas que se lograría es atender a niños, mujeres embarazadas, jóvenes, hombres y adultos mayores, en el idioma materno.
Hasta ahora 1,280 puestos de salud funcionan en el país y se estima se necesitan entre 4,500 a 5,000 a fin de responder a la demanda poblacional existente.
LA PERTINENCIA INTERCULTURAL MODELO INCLUYENTE EN SALUD
El proyecto MIS inició en 2003 como un proyecto piloto y en 2009 pasó a integrarse plenamente al Ministerio de Salud.
Hernández Mack expresó que con el MIS se busca fortalecer los puestos de salud que corresponden al primer nivel de atención. El proyecto incluye cuatro perspectivas básicas: el derecho a la salud, género, pertinencia intercultural y la relación con el medio ambiente.
El tema de pertinencia intercultural, una de las bases del MIS, se refiere a cuando las personas reportan enfermedades como “susto” o “mal de ojo”, algo que un médico convencional no podría diagnosticar. En este caso, un terapeuta maya aplica el conocimiento de su cultura, lo que permite a la medicina occidental acercarse a las personas y proporcionarles atención.
El proyecto, que no es nuevo, ya se implementa en los municipios de Chajul del departamento de Quiché, Cuilco en Huehuetenango, Nahualá y Guineales de Sololá, Cubulco y Rabinal de Baja Verapaz y en La Unión en Zacapa, con un estimado de cobertura en la población de 341 mil 291 personas.
Los resultados que el MSPAS espera obtener se concentran en la reducción de desnutrición crónica, mortalidad infantil y materna.
Dentro de la perspectiva de la pertinencia intercultural una de las estrategias de trabajo es la coordinación en paralelo. Cuando se inició este modelo hace trece años, una de las inquietudes de los guías espirituales y representantes de pueblos indígenas es que ellos no querían ser parte o integrarse con los servicios de salud institucionales, anotó.
La funcionaria explicó que esa coordinación implica que la red de terapeutas mayas populares y la red de servicios institucionales trabajen en conjunto pues se enlazan entre sí, “eso implica detectar enfermedades que están afectando la salud de la población maya y que puedan estar vinculadas con alta mortalidad”.
¿CÓMO FUNCIONA EL MODELO EN GUINEALES?
Silvia Rodríguez, médico y directora del área de salud de Guineales, Sololá, explicó que el Modelo Incluyente consiste en hacer una territorialización con el afán de sectorizar las comunidades y dependiendo del acceso que tiene, así es como se asigna el personal de salud.
Al mismo tiempo se caracterizan por ser multifuncionales, es decir realizan análisis del individuo, familia y comunidad.
Rodríguez agregó que se trabaja con enfermedades crónicas, pues en las comunidades existen casos de diabetes, hipertensión y artritis, padecimientos que implican que existe un daño en la salud de las personas.
“Trabajamos en el área rural, nuestra población es cien por ciento k´iche´ incluso nuestro personal también ha salido de esas comunidades, se le ha dado esa capacitación como auxiliares de enfermería y a través del tiempo hemos logrado que el Ministerio de Salud avale a este personal”, indicó.
Como parte de la atención que dieron, la entrevistada dijo que se determinó que las familias utilizan plantas medicinales en sus viviendas, por lo que estimulan el uso de las mismas, ya que en el área influye la cosmovisión maya en la curación del paciente.
“Hemos detectado a todas las personas que dan esta atención y han sido sumados al personal de nuestro servicio. Trimestralmente nos dan a conocer cuántas enfermedades de tipo maya popular han tratado y nosotros hacemos un seguimiento”, manifestó.
Es en ese sentido señaló que mantienen comunicación entrelazada pues cuando conocen de un caso en donde el paciente dice estar “ojeado”, se le refiere al terapeuta, y viceversa si el paciente dice que padece una enfermedad que se trata con medicina occidental. Con esto, afirma Rodríguez, han logrado disminuir la mortalidad en niños y mujeres.
Dentro de los avances obtenidos resaltó los índices de desnutrición crónica que muestra la Secretaría de Seguridad Alimentaria (Sesan), que destaca que en 2015 se disminuyó este mal a un 59.2 por ciento en niños de 7 años, cuando en 2001 el indicador era de un 86 por ciento. “Es el reflejo de las atenciones que dimos en esos niños en la Ventana de los Mil Días” anotó.
Para Rodríguez el programa es vital tomando en cuenta que existen muchos lugares con necesidad además de que el modelo está enfocado en llegar a lugares que presentan indicadores relacionados con la nutrición. De las mujeres un 65% solo habla un idioma, el k´iche´, destacó.
ENFOCARSE EN LA PREVENCIÓN
Elena Hurtado, consultora independiente en salud, considera que el proyecto impulsado por el MSPAS es adecuado y aseveró que lo conoce desde que fue implementado en Cuilco, Huehuetenango. Según Hurtado, este posee aspectos positivos como incluir el sistema de creencias y enfermedades enmarcadas en la cultura.
“Me parece excelente que se tome en cuenta a los llamados terapeutas mayas y también desde siempre se ha tomado en cuenta a las comadronas tradicionales, pero que bueno que ahora es con mucho más respeto a ese involucramiento”, dijo.
En tanto indicó que una de las ventajas del modelo de atención de ese municipio es que ya se ha aplicado por “unos veinte años”, advirtiendo que será difícil replicar esas situaciones en otros lugares en un corto plazo teniendo en cuenta el personal y recursos que han manejado.
Según Hurtado, es necesario hablar más de la prevención y no enfocarse más en la enfermedad, sumado a que se debería prestar mayor atención a la desnutrición crónica.
“Veo al modelo enfocándose mucho en desnutrición aguda y poco en prevención de desnutrición crónica, justamente estuve repasando el MIS y pienso que hay que simplificar para poder expandirse rápidamente”, aseguró.
RECONOCER LA MEDICINA ANCESTRAL
A opinión de Mario Itzep del Observatorio Indígena, el modelo responde a un sistema propio de los pueblos indígenas que se ha desarrollado por varios años, “el mal de ojo no es problema de ahora, es de hace varios años, no solo es de indígenas, es también de no indígenas que dicen ser afectados”, anotó.
El representante del Observatorio Indígena señala que es una acción positiva de Salud intentar crear una política pública con pertenencia cultural, aunque destacó que aún falta reconocer la medicina ancestral.
Sobre la reforma al sistema de salud, el entrevistado comentó que se necesita una propuesta que reconozca no solo la medicina ancestral, sino todo el sistema de los pueblos indígenas.
“Hemos pedido una reunión con la Ministra y haremos un planteamiento para valorar la institucionalidad de los pueblos indígenas y de salud”, afirmó.
ES NECESARIO PRIORIZAR
Byron González, consultor en comunicación de salud y educación, considera que la cartera de Salud no puede tener diferentes modelos, ya que debería de existir uno solo para todo el país y que con los antecedentes existentes se necesita priorizar sus intervenciones.
“Es necesario primero estabilizar el servicio con todo lo que implica, desde abastecimiento hasta personal que responda a las necesidades”, apuntó.
El experto apuntó que en la actualidad, la salud afronta varias debilidades en el área rural siendo una de ellas el presupuesto para logística, medicamentos, combustibles, vehículos, recurso humano no capacitado, abastecimiento de medicamentos entre otros, por lo que se deberían centrar en dar prioridad a los programas de atención y educación en salud, para lograr evitar la saturación del segundo y tercer nivel de atención.
Para Alejandra Contreras del Instituto de Estudios Fiscales Centroamericanos (Icefi), es importante que se adopte una política de salud que sea integral para que responda a las diferencias existentes en la población, sobretodo en la identidad.
“Tenemos una población bastante heterogénea y con distintas necesidades, entonces es fundamental tener una política de salud que atienda todo el ciclo de vida es decir en niñez, adolescencia, hasta adultos mayores, además de responder a la visión de interculturalidad de Guatemala”, afirmó.
Así también añadió que es evidente la existencia de una brecha en la salud, más evidente en lo rural, “la cobertura de servicios es escasa, hay cálculos que indican que el primer y segundo nivel de atención estaría cubriendo alrededor de la población que había en el año de 1955 o 1970”, aunque la saturación de las áreas urbanas es evidente.
Cifras
141 municipios ya implementan el Modelo Incluyente de Salud
1,280 puestos de salud funcionan en la actualidad, se estima que para atender a toda la población son necesarios entre 4,500 a 5,000.
44 hospitales se distribuyen en todo el país.
4.5 millones de personas habrían quedado sin cobertura ante el abandono del primer nivel de atención en salud.
POBREZA SE CONCENTRA EN DEPARTAMENTOS CON ALTO NIVEL DE POBLACIÓN INDÍGENA
Los indicadores de pobreza señalados en la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida de 2014 (Encovi), del Instituto Nacional de Estadística (INE), que señala 9 millones 373 mil guatemaltecos en situación de pobreza, es decir, el 59.3 por ciento de la población.
Ocho años antes, en 2006, la pobreza alcanzaba al 51 por ciento del país, lo que representaba entonces a 6 millones 625 mil individuos, de los cuales un 79.2 por ciento es equivalente a la población indígena.
En 2014, los departamentos de Alta Verapaz, Sololá y Totonicapán registraron los niveles más altos de pobreza (83.1 por ciento, 80.9 por ciento y 77.5 por ciento, respectivamente), mientras que los departamentos de Guatemala, Sacatepéquez y Escuintla registraron los más bajos (33.3 por ciento, 41.1 por ciento y 52.9 por ciento, respectivamente).
4.5 MILLONES DE PERSONAS AFECTADAS EN ATENCIÓN PRIMARIA EN SALUD
La semana pasada la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) solicitó a las autoridades que se tomen medidas urgentes para solucionar la crisis en el Sistema de Salud, ya que tras haber abandonado el primer nivel de atención en salud se dejó sin cobertura a más de 4.5 millones de personas.
A finales de octubre de 2015, el titular de la PDH, Jorge de León Duque y Alberto Brunori, delegado de la Organización de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Guatemala presentaron el monitoreo realizado en conjunto de las Políticas Públicas para el cumplimiento del Derecho a la Alimentación en el país, el cual resaltaba que la falta de presupuesto y de la institucionalización de los servicios de salud en el primer nivel de atención afectó a más de 4 millones de personas.
Según el estudio, los habitantes de Santa Rosa, Escuintla, Quetzaltenango, Petén, Alta Verapaz, San Marcos, Guatemala y Chiquimula, entre otros, se beneficiaban de acciones de atención primaria en Salud, con énfasis en la prevención, control de problemas prioritarios y la atención a los grupos más vulnerables por medio del Programa de Extensión de Cobertura (PEC).
Ambas entidades lamentaron que el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) rescindiera ese año más de 70 contratos con las organizaciones que prestaban la asistencia a las comunidades rurales del país, ya que con ello se agravaron los problemas en la red hospitalaria nacional ante la crisis financiera del Estado.