Marco Tulio Trejo Paiz

Es de reconocer la eficiente labor que, en forma admirable realizan el Ministerio Público y la CICIG en relación con la corrupción y otros hechos que tienen en un tremedal de desprestigio aquí y en el exterior a Guatemala.

Millonarias empresas extranjeras y algunas de nuestro país, según se ha sabido, están trasladándose a la Nicaragua comunista que, en sucesivos períodos gobierna el excomandante guerrillero Daniel Ortega, quien participó en las acciones que derrocaron la dictadura de los Somoza encabezada por Anastasio padre.

El único diputado al Congreso del partido medias tintas UCN, Luis Rabbé, sorprendió a las autoridades, a los grupos de la politiquería, así como a sectores ciudadanos, que haya huido Rabbé tan pronto como supo que le habían quitado la repudiada inmunidad. ¡El que nada debe, nada teme!

Como se sabe, al cabizbajo huidizo lo acusan de haber inundado el oscuro caserón del Organismo Legislativo con alrededor de doscientas plazas fantasma, cuyos favorecidos no trabajaban, pero cada mes se presentaban a cobrar el sueldo no despreciable de miles de quetzales verdes, verdes…

El nuevo huésped de la comunizada patria de Rubén Darío a lo mejor querrá establecer una gran empresa con las millonadas que se embolsó o depositó en bancos no identificados ¡al menos por ahora!

A su suegro Ángel González no le convendrá que se haya ido al exterior Rabbé, porque el potentado mexicano tiene múltiples negocios aquí. Posee importantes medios de televisión, radiales y más de alguno escrito muy influyente.

Solo un noticiero de la tele factura mensualmente no menos de 14 millones de chemas…

Las gracias de las desgracias que hizo el parlamentario huyente las hicieron también otros “curuleros” que todavía están aprovechando a más no poder las mamandurrias.

¡Pobre nuestra Guatemala! La tienen casi en cueros los corruptos individuos de la politiquería insaciable.

Los funcionarios inmorales deben ser sometidos a procesos penales para que vegeten en las mazmorras y así paguen sus sinvergüenzadas…

Juan Pueblo está rabioso y opina que deben gobernar políticos inmaculados, no vulgares politiqueros delincuentes.

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