Lucrecia de Palomo
¡Y ahora la ONU se mete en las tareas escolares! Solo eso nos faltaba. Mucho ha sido el daño que de esas oficinas de burócratas internacionales ha salido -que pareciera que navegan por la paz y el bien mundial-, ocasionando quiebres en las naciones donde sus tentáculos succionan. Lamentablemente los países que se proclaman independientes y “en vías de desarrollo”, con una ideología no comunista, somos quienes nos tragamos y aceptamos como válidas e impolutas todas sus ideas.
Poco a poco se desmoronan estos países y se encaminan al caos; imperando ideas de un capitalismo voraz en beneficio de elites supranacionales. De allí se han propagado algunas otras y prolíferas doctrinas, entre ellas la Teoría del Género, los Derechos del Niño (pero no responsabilidades), la Educación de Calidad y más, que han trastocado la cultura y las sociedades con resultados visibles, tangibles y nefastos. Como estrategia funcional de penetración se presentan estudios de investigadores universitarios para fundamentar su razonamiento, generalmente de universidades americanas; pero… tergiversan los juicios de valor y utilizan las conclusiones como la justificación que no necesariamente reflejan la realidad de lo presentado. Con todo el despliegue comunicacional al que tiene acceso, con bombos y platillos, conociendo muy bien a su auditorio, lo propagan e imponen con éxito. Utilizando fondos que benefician a ONG, también internacionales, diseminan el tema por medio de talleres y conferencia de “expertos” a todo el hemisferio y es así como, libremente, sus ideas penetran y conquistan.
El manejo que hacen del pensamiento es asombroso. Con este tipo de razonamientos han confundido y ejercido presión de la manera que a ellos les conviene y hoy podemos ver los resultados. Un ejemplo de cómo lo hacen está en su nueva postura: los deberes escolares no cumplen con su función que les quitan mucho tiempo valioso para desarrollar otras actividades. Dos proposiciones, una verdadera y la otra falsa. La ONU ante las premisas llega a la conclusión que no deben dejarse tareas para casa. Ante ello ya miles de personas gritaron de agrado pidiendo que así sea. ¡Ya vendrá todo el financiamiento para que, a través del Mineduc, agencias internacionales la fomenten y posicionen!
Un planteamiento de este tipo en un país independiente, debería llevar a sus académicos a investigar (sin intereses mercantiles) este silogismo nefasto antes de ponerlo “libremente” en práctica. Como maestra sé que la función de las tareas escolares es múltiple e insustituible y por ello quiero plantear mi pensamiento sobre la segunda premisa: el tiempo para otras actividades. El tiempo es un valor escaso y no repetible, por tanto es necesario aprovecharlo en aprender. La mayoría de los estudiantes hoy no utilizan su tiempo “libre” en tareas escolares, lo usa en ver la televisión (cuyos programas, que forman su pensamiento, son de violencia, sexo que llega a pornografía y los incita a ser consumidores voraces), internet o con sus teléfonos inteligentes (chateando con amigos o personas que dicen ser sus amigos, que pueden ser disfrazados o reales, grabando videos de sí mismos o sus amigos, a un clic de cualquier material visual –léase pornografía- etc.), películas sin ningún tipo de censura, juegos en los espacios libres cercanos a su casa o en centros comerciales (que es donde se puede conseguir con facilidad la droga) y algunas más. Lamentablemente la mayoría de estas actividades son sin supervisión de los padres, que trabajan largas jornadas para sostenerse.
Por tanto, como maestra, libremente declaro que estoy en desacuerdo con esas organizaciones internacionales, que bajo el lema de democracia y libertad orientan a que el libertinaje siga dañando el ambiente de las aulas y se someta a una tiranía hostil, con personas que aprehenden a ser violentas, irresponsables, sin límites y más, en su tiempo libre. Nuestra preocupación debería ser el 76% de la juventud guatemalteca que no tiene acceso a la educación.