Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Nuevamente he tenido la oportunidad de viajar por vía área fuera del país, lo cual por supuesto implica usar la terminal aérea La Aurora.

Edificio que como es de público conocimiento fue la gran obra que realizó el presidente Berger y que costó una cantidad tan grande que perfectamente hubiera sido factible construir una terminal 100% nueva en la Costa Sur y así superar el gravísimo problema de tener la única pista internacional dentro de la ciudad, hecho que contamina auditivamente las zona 13 y 10, y que también implica a puro tubo adaptarse a los vuelos internacionales en un área y en un edificio que ya estaba obsoleto.

Se evidencia que las nuevas autoridades de aeronáutica están tratando de superar los numerosos problemas del edificio, ya existe en funcionamiento el aire acondicionado, aunque por supuesto no tienen quitado el hielo en el ambiente, por lo que la temperatura es más o menos como si estuviera uno al aire libre en Palín.

El edificio está más limpio, lo cual hace que no nos dé tanta vergüenza con los visitantes internacionales. Lo que no se puede superar es el pésimo sistema para abordar o para desembarcar, al fin y al cabo que igual que un ser humano la genética de diseño de elevadores y áreas internacionales nació deformada, por ello se ingresa al aeropuerto en el tercer piso, se baja a esperar abordar al segundo piso y se abordan los aviones en un primer piso, situación que se revierte cuando se regresa al país.

Deberían de ponerse unas cuantas mantas pidiéndoles disculpas a los pasajeros nacionales e internacionales y haciendo constar que es Óscar Berger el responsable de todos los inconvenientes que se sufren por viajar de forma aérea internacionalmente.

El actual gobierno y el que le suceda deben de iniciar no la planificación que ya se ha hecho varias veces, sino el traslado y construcción de un nuevo aeropuerto internacional al departamento de Escuintla, en un terreno adecuado y suficiente para que haya por lo menos dos pistas de aterrizaje internacional y para que se construya y deje prevista la ampliación de la terminal aérea, que Guatemala merece, que Guatemala necesita.

Por haber llegado temprano pregunté si había un salón  VIP, y me miraron con ojos de extrañeza, en todos los aeropuertos internacionales hay uno o varios salones VIP

Yo tengo la alternativa de poder usar los salones de protocolo por mi estatus de haber sido Vicepresidente, pero por qué no pueden las líneas aéreas ofrecer, como lo hacen en todos los aeropuertos de América Latina, Salvador, Colombia Perú, etc., un salón VIP para sus pasajeros.

Recordémonos que estar tres horas en un aeropuerto no es la comodidad del mundo, y como decían antes los fabricantes de jabón “nadie regala nada”, porque hasta el mal servicio se paga con el impuesto de uso de aeropuerto.

Es sabido que los conejos tienen suerte, tal vez por eso es que a Óscar Berger no le han contado las costillas, pero sin duda alguna, si se revisaran los contratos y lo invertido en el aeropuerto La Aurora, encontraríamos que Berger tienen más costillas que contarle que su distinguida esposa.

¡Guatemala es primero!

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