Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt

Cada día los servicios de salud del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) reciben a cientos de pacientes con diversos padecimientos. Pese a ser la única opción para más de un millón de personas afiliadas al Seguro Social, usuarios consultados por “La Hora” refieren que para obtener atención realizan muchos sacrificios, que por tanto permiso solicitado al patrono una afiliada perdió su trabajo y que la atención de algunos médicos no es ni humana ni personalizada.

Según estadísticas proporcionadas por el Departamento de Comunicación Social del IGSS, hasta 2015 se registraban 1 millón 267 mil 429 afiliados, de los cuales 856 mil 474 son hombres y 410 mil 955 son mujeres, siendo Guatemala el departamento con más beneficiarios.

A nivel departamental Escuintla se ubica en segundo lugar con 129 mil 959 afiliados; le sigue Quetzaltenango con 47 mil 603, Sacatepéquez con 38 mil 595 e Izabal con 33 mil 996.

En tanto, Totonicapán es el que menos afiliados registra, con 6 mil 738 (Ver recuadro de afiliaciones en página 6).

En cuanto a los servicios prestados, el IGSS calculó en 2015 que proporcionó atención médica en el área de consulta externa en 4 millones 760 mil 422 ocasiones, mientras que en la Unidad de Emergencia se atendieron 1 millón 255 mil 753 casos.

Tabla-1LA CITA: INICIA EL DRAMA

Las complicaciones inician con la solicitud de cita, puesto que para poder programar una consulta en el Seguro Social, un afiliado, a quien en su trabajo le descuentan una cantidad sobre su salario para tener derecho al servicio de salud, debe pedir un formulario al patrono que luego debe llevar a la unidad de consulta en donde será atendido.

Algunos trabajadores del IGSS le hacen la vida imposible a los afiliados poniendo “peros” que no están en la ley e impidiendo que el trabajador pueda gozar del servicio, refirieron pacientes consultados.

La Hora conoció el caso de una trabajadora que vive en Santa Rosa, pero labora en la ciudad capital. La entrevistada, quien se encuentra en estado de gestación, visitó el IGSS de Cuilapa para un chequeo rutinario, pero no obtuvo una cita porque quien la atendió le indicó que su patrono no había trasladado la cuota laboral que retiene a los empleados (4.83% sobre el salario declarado) ni pagado la cuota patronal (12.67% sobre el salario declarado).

Sin embargo, según relató, ella pidió la cita el día 6 de mes y le fue negado el servicio, pese a que la ley dice que el patrono tiene hasta el día 20 para hacer el pago de la planilla del Seguro Social. La trabajadora perdió el día y tuvo que regresar luego a pedir la cita.

Tabla-2YA EN EL IGSS, LA EXPERIENCIA NO MEJORA

Para verificar lo que viven los pacientes y afiliados, La Hora visitó algunos centros de atención del Seguro Social. En la unidad periférica del IGSS de la zona 11, Roselia Del Cid relató que solicitar el formulario requerido a su patrono resultó complicado, y que luego tuvo problemas para solicitar medio día laboral para asistir a la asignación de citas.

Una situación similar ocurre cuando llega el día de la consulta, ya que no siempre hay una persona que cubra su ausencia laboral, dijo. En su caso la cita le fue otorgada tres meses después, como ha sucedido en varias ocasiones.

Durante la entrevista, Del Cid comentó que llegó al IGSS buscando alivio para un dolor estomacal que sufre con frecuencia. Lo hizo, pese a los malos comentarios que compañeros de su trabajo le habían hecho con respecto a la calidad de los servicios en la institución.

“Tenía molestias en el estómago y decidí que era necesario visitar un médico. Estoy pagando el IGSS desde hace diez años y no había tenido necesidad de usarlo, me preocupaba hacerlo, pero tampoco me parece justo que uno esté pagando por algo que no usa y por eso me decidí”, dijo.

A la fecha, Del Cid tiene dos años de recibir medicinas y de realizarse exámenes en el IGSS, pero no ha sentido ningún tipo de mejoría; al contrario, dijo que se han sumado al padecimiento inicial otro tipo de complicaciones médicas.

“Aquí uno se lleva por lo menos unas seis horas, si bien le va a uno, porque hay gente que hasta más tiempo se llevan y de nada sirve porque el médico solo ve los exámenes que uno se hace y no pasa nada. Todo el tiempo por lo del estómago el doctor me dice que estoy bien, pero me da botes de fibra y Lansoprazol. La verdad no siento mejoría”, enfatizó.

LA MEDICINA

La entrevistada aseguró que otro de los problemas del IGSS es el desabastecimiento de medicamentos, pues muchas veces le piden que regrese otro día, ya que no tienen la droga que necesita. “A veces vengo hasta tres veces sólo por la medicina y no consigo nada, por el trabajo ya no vengo y no me dan nada, o sea de nada sirve que den la receta”.

Del Cid enfatizó que no reciben buena atención: “Aquí siempre que vengo me pongo a hablar con otras personas y todos salen decepcionados, y preocupados, porque aquí ya más tarde es muy peligroso y uno aquí esperando a que el doctor solo mire los papeles, no lo escuche a uno, y sale uno igual o peor”, aseveró.

PADECIMIENTO ERRÓNEO Y LUEGO SIN TRABAJO

La experiencia de Adriana Peña no dista mucho de la anterior. Peña coincide en que el tiempo para la asignación de la cita médica es prolongado y que las medicinas prescritas no tienen efectos positivos en su salud. Tiene cinco años de pagar el Seguro Social y dijo que preferiría que su dinero quedara en un ahorro para que esté disponible ante una emergencia.

Hace más de un año Peña decidió utilizar el servicio médico del IGSS cuando tuvo molestias estomacales. Luego de realizarle unos exámenes, el médico le aseguró que se trataba de una gastritis, pero con el tiempo su situación no mejoró.

“Vine porque siempre tenía mucha molestia en el estómago y el doctor me dijo que era gastritis. Cuando vi que no servía de nada la medicina que estaba tomando fui a un médico particular, me dijo que además de que la gastritis empeoró, por tomar fibra había desarrollado colon irritable”, contó Peña.

Las citas que le programaban, además de realizarse al menos tres veces por semana, la hacían perder mediodía de labores. Incluso recordó que en una ocasión en la sala de expedientes extraviaron sus documentos, por lo que debió realizarse nuevamente los exámenes que le habían requerido.

“Uno viene y tiene que esperar a que le den la cita. Venía hasta tres veces por semana, imagínese estar viniendo así, uno se aburre, pero lo peor es que sea por gusto porque en realidad no me sentía bien. Le dije al médico que había ido con otro doctor y me respondió que las enfermedades eran impredecibles, así como de mala gana me dijo que me haría otros exámenes solo para ver si no me habían mentido”, destacó.

Finalmente la entrevistada comentó que por los constantes permisos en su trabajo para acudir al médico, la despidieron hace tres meses. “Me dijeron que perdían muchas llamadas, porque trabajo en un call center y que no podían seguir así”.

Actualmente no tiene un empleo y le preocupa lo que pueda suceder con su salud, pues su única fuente de ingresos era su trabajo.

“Estar aquí es un martirio, yo siempre escuché a otras personas hablar mal del IGSS, pero no me imaginé que fuera tanto. No hace mucho le reclamé al doctor y le dije que por su culpa me había enfermado tanto y perdí mi trabajo, su respuesta fue que yo estaba estresada y me mandó con psicólogos. Ahora tengo que esperar a que cierren mi caso para otra vez regresar a ver si ahora sí me dan algo para lo que en verdad tengo”, afirmó.

Peña considera que el IGSS es importante para los trabajadores, pero señaló que los problemas residen en la falta de honestidad de quienes dirigen la institución, así como de los empleados que solo ven en los afiliados una fuente de ingresos y no una vida que está en juego. “Preocupa que no nos vean como humanos, aquí venimos porque necesitamos salud” indicó.

UN CASO DE NEGLIGENCIA

Otra paciente consultada, Gladys Lucero, comentó que tiene más de 15 años de pagar el IGSS, tiempo durante el cual siempre ha utilizado sus servicios, pese a que la mayoría de ocasiones la solución es solo paliativa.

“Ya tengo varios años de pagar el IGSS, pero la verdad, conforme pasan los años, en lugar de que mejoren todo empeora. Además, creo que aquí lo que ocurre es que se roban el dinero como pasa con otros lugares”, acotó.

Lucero contó que hace nueve años requirió los servicios de maternidad del Hospital de Maternidad de Pamplona. Su hijo nació prematuro y según ella, falleció por negligencia médica. “Mi bebé nació de casi seis meses, lo llevaron a donde habían otros pacientes con enfermedades complicadas, se contagió y murió”, aseguró.

Según dijo, junto a su esposo decidieron no emprender una denuncia, para ellos la principal pérdida era la vida de su hijo y la denuncia en ese momento resultaba inservible si no podían regresarlo a la vida.

La Hora también visitó a pacientes que esperaban a ser atendidos en la unidad de emergencia de medicina común de la zona 9. Allí estaba Walter Ruano, quien esperaba junto a otras diez personas en una fila, algunos estaban visiblemente afectados por sus padecimientos.

Ruano aseguró que es la primera vez que utilizaba la emergencia, tenía dolor de cabeza, dolor en las articulaciones, fiebre y otras dolencias. “Estaba en el trabajo y me sentí muy mal, tengo miedo que sea eso del zika, por eso vine, pero aquí me tienen desde hace 40 minutos y no me siento bien, es muy difícil no tener para pagar algo privado” señaló.

“LO TENEMOS QUE VOLVER A OPERAR”

Este es el caso de un afiliado del Seguro Social que fue operado, por orden del IGSS, en una clínica privada que presta servicios a la institución. Fue operado, pero su problema no mejoró y al volver a ir al IGSS lo mandaron con un médico diferente, quien le dijo: “la primera operación no se la hicieron bien y lo tenemos que volver a operar”.

SATISFECHA

Una historia diferente es la de Isabel Pernillo, quien dijo sentirse satisfecha con los servicios médicos del Seguro Social. Tiene más de 20 años de pagar el IGSS y afirmó no sentirse arrepentida de hacerlo.

“Siempre he usado el IGSS, sobre todo en emergencias, y siempre se han comportado con mucho espíritu de servicio. No sé si todos sean así, pero en mi caso no me puedo quejar, ya me operaron en una ocasión y me dieron la medicina que necesitaba. El IGSS es importante, pero por lo que he escuchado lo que deben hacer es manejar mejor sus recursos”, apuntó.

SEÑALAN FALTA DE TRANSPARENCIA

Los relatos sobre la mala atención del IGSS son frecuentes, y en ese sentido el Instituto por la Democracia (ID) señaló que las autoridades que han ocupado altos puestos en esa institución se han encargado de drenar sus recursos, algo que pudiera ser resuelto si se tomaran medidas de transparencia y fiscalización.

En una conferencia de prensa, Alejandro Aguirre, coordinador del ID, indicó que la corrupción y  malos manejos se han dado constantemente en el Seguro Social y han ayudado a que este se encuentre en un estado lamentable.

“Eso tiene que ver con la politización misma, con la poca eficiencia y con la poca transparencia que se ha manejado”, detalló Aguirre.

Por ello se hace necesario tomar medidas administrativas y financieras que transparenten el accionar mismo del IGSS, iniciando con las compras de medicamentos para evitar ese tipo de fenómeno que ha atacado constantemente a la institución, dijo el coordinador.

El ID señala que de privatizar el Seguro Social, las personas que viven en pobreza serían las más perjudicadas, ya que en el país, seis de diez habitantes viven en esas condiciones.

En la actualidad el Seguro Social cuenta con un presupuesto asignado para su funcionamiento de más de 12 mil millones de quetzales, según datos obtenidos a través de Comunicación Social de esa institución.

PRIVATIZACIÓN NO ES LA SOLUCIÓN

Ronalth Ochaeta, experto en políticas públicas añadió que el IGSS tiene varios temas pendientes en cuanto a la calidad de servicio, que comienzan desde la programación del servicio, porque es tanta la demanda que el sistema de atención se satura.

“Hay personas ya ancianas que les ponen tanto tiempo de espera, y por ejemplo, el cáncer ya se desarrolló. El IGSS es tan ineficiente en la aplicación de sus propios servicios públicos que ofrece y provoca muy mala calidad en el servicio”, señaló Ochaeta.

A decir del experto, esto hace que sea más caro dar un servicio curativo, en lugar de uno preventivo. Otra de las problemáticas reside en el sistema de compras y contrataciones que poseen, pues es vulnerable a que se cometan a actos de corrupción. “Tenemos varios problemas asociados al IGSS, necesita modificaciones, es la macroeconomía del país”, anotó.

Ochaeta resaltó que la solución tampoco reside en la privatización del servicio, pues incluso los planes que tienen en otros países no funcionan. La privatización no es el camino, el mejoramiento debería ser el servicio público, en donde lo ideal sería trabajar en el fortalecimiento y mejorar mecanismos anticorrupción, manifestó.

Ser más transparentes en las compras y contrataciones, mejorar atención al paciente y transparencia, recomendó el entrevistado

“Nosotros sabemos que el IGSS no debe desaparecer como institución, debe fortalecerse y se debe legislar desde la perspectiva de mejorar”, señaló Ochaeta, quien agregó que no es la institución la corrupta sino el sistema el que permite la corrupción.

IGSS, EL MÁS DENUNCIADO

Entrevistada en cuanto a la calidad de los servicios en el IGSS, Zulma Calderón, jefa de supervisión de hospitales de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), aseguró que es lamentable que el Seguro Social sea la institución más denunciada, sobre todo por el desabastecimiento de medicamentos.

Calderón dijo que no se ha visto un cambio profundo que oriente a mejorar la calidad de atención de pacientes. Aunque están conscientes que la demanda es alta, deben responder a las necesidades de los afiliados.

“Es un drama asistir al seguro social como paciente en todos los aspectos. Desde el primer momento en que usted llega a buscar una cita, que normalmente se le están asignando entre tres y seis meses a la persona que la solicita, hasta el momento en que es atendido, el tiempo de espera en consulta externa es hasta de horas”, aseguró Calderón

Para la representante de la PDH, es lamentable que el tiempo de espera sea muy largo y que la cita sea de diez minutos. “No satisface al usuario y se espera una mejor calidad de atención”, señaló.

Existen también historias dramáticas de pacientes que tienen hasta cuatro meses sin medicina, dijo Calderón. Otras situaciones que se han registrado es que hay pacientes que han dormido hasta cinco días en bancas o el suelo, esperando que se les asigne una cama en Emergencias.

“En zona 9 hemos dicho que es uno de los servicios que ha colapsado desde hace mucho tiempo, ya ingresados los pacientes muchos de ellos deben esperar de quince días a un mes para que les realicen procedimientos ya estando ingresados”, indicó la funcionaria.

IGSS EN SILENCIO

Este vespertino intentó obtener una declaración del IGSS, sobre la situación expuesta por afiliados en la institución, no obstante, al cierre de la edición de este reportaje no se obtuvo respuesta.

CIFRAS

Q12, 303, 781,758 es el presupuesto del IGSS para 2016.

1 millón 267 mil 429 son afiliados al seguro social.

2,215 defunciones registraron en 2015, por diez causas de muerte a nivel nacional.

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