Brasilia
DPA

La expresidenta brasileña Dilma Rousseff dejó ayer Brasilia, seis días después de su destitución como jefa de Estado.

Rousseff partió de la capital brasileña por la tarde después de desalojar la que fue durante más de cinco años y medio su residencia oficial, el Palacio de la Aurora.

La exmandataria fue despedida por decenas de simpatizantes con rosas rojas a la salida del Palacio. Un avión de la Fuerza Aérea Brasileña trasladó luego a Rousseff hacia Porto Alegre, la ciudad en el sur de Brasil que marcó sus inicios en la política y en la que tiene una casa.

La política del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), suspendida en mayo por acusaciones de que su Gobierno manipuló las cuentas públicas para ocultar el déficit fiscal, fue destituida definitivamente el pasado miércoles.

Su vicepresidente, el conservador Michel Temer, asumió entonces formalmente la presidencia hasta las elecciones de 2018.

Varios camiones sacaron desde el lunes las pertenencias de Rousseff de Alvorada, entre ellos los libros de una amplia biblioteca, más de tres meses después de que Rousseff tuviera que dejar también la casa de Gobierno, el Palacio de Planalto de Brasilila.

Según el portal «O Globo», Rousseff hizo un catálogo detallado de los objetos que dejó en Alvorada para evitar roces con el nuevo Gobierno. La expresidenta tenía que dejar los regalos que recibió mientras estaba en el cargo.

En su servicio matendrá a ocho servidores públicos, entre otras funciones para su seguridad personal.

Rousseff rechaza el juicio político en su contra y acusa a su exaliado político de «usurpar» la presidencia. La ex mandataria califica también de «golpe parlamentario» el controvertido proceso legal que la sacó del poder.

El «impeachment» es cuestionado porque Rousseff fue destituida por irregularidades que ya se habían dado en Gobiernos anteriores.

La exmilitante de grupos de izquierda clandestinos en los años 60 sostuvo también que seguirá activa en política, aunque no ha anunciado hasta ahora ninguna candidatura a un cargo público.

Según medios brasileños, Rousseff, de 68 años, está considerando vivir parcialmente en Río de Janeiro, una de las ciudades más importantes del país, donde su madre tiene una casa.

Artículo anteriorCuatro muertos y una desaparecida por inundaciones en Grecia
Artículo siguienteVenezuela: oposición intensifica presiones por referendo