MONTEVIDEO, Uruguay
AP
El sirio Abu Wa’el Dhiab, uno de los seis exprisioneros de Estados Unidos que recibieron refugio en Uruguay, fue dado de alta luego ser hospitalizado por unas horas debido a la huelga de hambre que realiza, informó a la Associated Press Christian Mirza, encargado del gobierno uruguayo para los refugiados de Guantánamo.
Mirza no realizó comentarios sobre el estado de salud del sirio.
Dhiab fue hospitalizado anoche, informó su amigo Jorge Voituret. «Está muy debilitado», declaró Voituret a la Associated Press horas antes de que se decidiera internarlo. Según su amigo, Dhiab no ingiere líquidos desde el viernes.
Voituret, integrante del Museo de la Memoria, una organización que documenta las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante la dictadura militar que gobernó Uruguay entre 1973 y 1985, informó que Dhiab, con quien trabó amistad en Montevideo, pretende que le permitan irse de Uruguay.
El sirio ya realizó otras huelgas de hambre cuando estaba preso en Guantánamo, donde contrajo múltiples problemas de salud.
Dhiab abandonó Uruguay en julio y reapareció el 27 de julio en Caracas, donde manifestó su intención de viajar a Turquía o a un tercer país «a efectos de reunirse con su familia», según un comunicado de la cancillería uruguaya.
Tras estar un mes detenido e incomunicado, Venezuela lo deportó por haber ingresado sin realizar los trámites migratorios correspondientes.
Dhiab, que se desplaza con muletas, ha sido especialmente expresivo sobre su infelicidad en Uruguay. Acusó en repetidas oportunidades al gobierno uruguayo de incumplir una supuesta promesa de traer a su familia al país y en septiembre de 2015 aconsejó a los prisioneros que permanecen en Guantánamo que no acepten venir a Uruguay.
Seis ex prisioneros de Guantánamo -cuatro sirios, un tunecino y un palestino- llegaron a Uruguay en diciembre de 2014 en un gesto que el entonces presidente José Mujica definió en principio como un acto humanitario y que luego admitió que lo había hecho para poder exportar naranjas a Estados Unidos.
Estados Unidos ha usado su base en Guantánamo, Cuba, desde enero de 2002 para mantener a sospechosos de vínculos con Al Qaeda y el Talibán.