Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt

El día de las elecciones del 6 de septiembre perdió Manuel Baldizón la posibilidad de pasar a segunda vuelta, y con ello el alivio se apoderó de muchos guatemaltecos. Fue tal el rechazo que causó Baldizón, que en medio de la celebración nunca se reparó que ese mismo día se había elegido al Congreso que tenemos y que se pinta de cuerpo entero como la mejor defensa del sistema en esta “época de cambio”.

Llegó la segunda vuelta y Jimmy Morales le ganó, por un apabullante margen, a Sandra Torres volviendo a sentir los guatemaltecos un alivio por haber quitado momentáneamente a Torres del camino y empezó la ruta de la incertidumbre por saber cómo iba a resultar el político que decía no ser “ni corrupto ni ladrón”.

Pues ha sido tan lamentable el resultado de ese experimento de haber llevado a un mandatario cooptado y sin experiencia a la Presidencia, que ahora hay poderosos actores de la sociedad, algunos del sector privado y otros de la comunidad internacional, que apuestan por Sandra Torres para que enderece el rumbo.

Tan solo esa idea, sumada a nuestra indiferente actitud ante el actuar del Congreso que hace todo para dar la apariencia de que hay cambios cuando en el fondo todo sigue igual, nos tiene que hacer ver que hay poderosos actores sociales que, solapados por la indiferencia colectiva, conspiran para asegurar que sus ventajas corruptas no desaparezcan por presión ciudadana.

Es increíble que en Guatemala un partido tan corrupto como la UNE haya estado cerca de ganar la Presidencia en la pasada elección, y que tanto ellos como TODOS (cuyos líderes salieron de la sombra de Sandra Torres) tengan el poder suficiente para ser la oposición más visible y una vez más, eso nos habla de nuestro fallido papel como ciudadanos.

Y lo expresado en el párrafo anterior ha sucedido porque por ahora las investigaciones se han centrado en el Partido Patriota, y por eso es que los aún no sindicados se dan baños de rosas; urge que se indague para atrás y el caso del Transurbano parece dar la idea que van tras los corruptos actores que antecedieron al PP.

Incluso, como Gustavo Alejos fue señalado judicialmente por sus vínculos con el PP, para los Colom Torres y TODOS fue fácil desmarcarse de quien operó para que ambos llegaran a ser lo que fueron y son al día de hoy en la arena política.

Hemos dicho en el pasado que la ausencia de una agenda nacional es la que abre el espacio a que de forma antojadiza, poderosos sectores, con poderoso apoyo extranjero, elijan sus caras del cambio y terminen definiendo el cambio a su estilo y beneficio, que no es nada más que lograr colocar en puestos clave a personas dispuestas a defender el estado actual de las cosas para que Guatemala siga siendo un reino de pobreza e impunidad en donde los más inescrupulosos son los que se imponen.

Esa no puede ser la ruta del cambio, ese no puede ser el concepto de futuro que tengamos en el país y por ende, es que urge que entendamos, de una vez por todas, las consecuencias que ha tenido el que seamos votantes más no ciudadanos.

El país es como una casa abandonada, nunca se podrá arreglar por dentro (salud, educación seguridad, justicia, etc.) si ni siquiera logramos pasar de abrir o quitar la puerta (el sistema).

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