Hangzhou, China
DPA

El presidente estadounidense, Barack Obama, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, no pudieron limar sus diferencias sobre el conflicto sirio en un encuentro en la ciudad de Hangzhou, en el este del país, donde concluyó hoy la cumbre del G20.

«En vista de los problemas existentes en la confianza mutua, las negociaciones fueron duras», reconoció Obama tras el primer encuentro de ambos en meses.

La conversación fue buena, duró más de lo previsto y se centró en Siria y Ucrania, dijo por su parte el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, estuvieron negociando durante dos días, sin éxito, en un intento de acordar una actuación coordinada conjunta en Siria y de alcanzar un alto el fuego.

No obstante, las dos partes acordaron continuar las conversaciones, dijeron diplomáticos rusos a la agencia de noticias Interfax en el entorno de la cumbre del G20.

La canciller alemana Angela Merkel llamó hoy a Rusia a alcanzar un alto el fuego en Alepo. Está claro «que el tiempo apremia, si se contempla el sufrimiento de la gente», dijo Merkel.

«Necesitamos un alto el fuego duradero para poder vertebrar un suministro humanitario», señaló, y consideró que Putin tiene una gran influencia en eso.

Moscú y Washington llevan meses negociando sobre Siria. Estados Unidos quiere que el Gobierno sirio y su aliado ruso cesen los ataques contra civiles. Se necesita «un momento de tranquilidad para permitir a la población civil recibir ayuda humanitaria urgente», dijo un portavoz.

Esto se aplica especialmente en Alepo, donde las tropas sirias volvieron a someter ayer a asedio la parte controlada por los rebeldes en el este de la ciudad.

Los diplomáticos señalaron que sólo detalles técnicos impidieron una solución. Días antes, todo parecía indicar que habría acuerdo. El Departamento de Estado norteamericano convocó a los periodistas a una teleconferencia que después fue cancelada poco antes de su celebración.

Kerry habló en Hagnzhou de «algunas cuestiones difíciles» pendientes de aclarar.

Diplomáticos estadounidenses señalaron que Rusia dio marcha atrás en algunos puntos y no cumplió lo que se había acordado antes. Pero el Ministerio de Exteriores ruso señaló que no había motivo para «declaraciones dramáticas» y añadió que se continuaría trabajando para alcanzar un acuerdo.

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