Manila
Agencia/dpa

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, declaró hoy el «estado de anarquía» en el país tras la muerte de al menos 14 personas debido a una explosión en un mercado nocturno de su ciudad natal, Davao.

La declaración de Duterte llegó después de que el grupo terrorista Aby Sayyaf reivindicara el ataque, que tuvo lugar anoche y causó heridas a 71 personas. Los extremistas amenazaron con nuevos atentados en los próximos días. Davao está situada en la isla de Mindanao, 960 kilómetros al sur de Manila.

El líder filipino subrayó desde allí que no declaraba la ley marcial, pero la declaración de «estado de anarquía» le permite pedir al Ejército que lleve a cabo operaciones según sus instrucciones. Entre otros, podrán realizar registros y controles de vehículos. «Son tiempos extraordinarios», dijo ante los medios. En todo el país se reforzaron las medidas de seguridad.

No obstante, la oficina presidencial matizó más tarde que la declaración de «estado de anarquía» tiene limitaciones, pues el presidente sólo puede ordenar a las Fuerzas Armadas que sofoquen la violencia. Duterte también subrayó que no se trata de un «estado de excepción», que permitiría limitar derechos como la libertad de reunión.

Debido al ataque, Duterte canceló la visita de dos días a Brunéi que tenía previsto comenzar mañana, su primer viaje al extranjero desde que asumió el cargo el 30 de junio. No obstante, sí viajará a la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) del 6 al 8 de septiembre en Vientiane (Laos).

El director de la Policía, Ronald de la Rosa, manifestó sus dudas sobre la reivindicación de Abu Sayyaf y señaló que la explosión pudo haber sido perpetrada por narcoterroristas. Bajo el liderazgo de Duterte, el Gobierno ha declarado la guerra contra la droga, con operaciones policiales que han causado la muerte de más de mil sospechosos.

«Quizá estos narcoterroristas pensaban que detendríamos nuestra campaña antidroga», dijo De la Rosa en Manila. «Eso no sucederá». No obstante, el ataque pudo ser también una respuesta a la ofensiva militar contra Abu Sayyaf que en las últimas semanas, según fuentes oficiales, ha causado la muerte a 30 yihadistas y 15 soldados.

Duterte ejerció como alcalde de Davao hasta que en mayo fue elegido presidente con la promesa de combatir el crimen con métodos rigurosos. En la ciudad actúan desde hace décadas terroristas musulmanes.

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