Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt

El día jueves al presidente Jimmy Morales lo durmió su Ministro de Finanzas y ayer, el vocero del mandatario dijo lo siguiente: “El Presidente no estaba dormido, se encontraba reflexionando sobre la información que le estaba presentando el Ministro de Finanzas”. Además, dijo, estaba pensando en el destino que tendrían los recursos públicos, cómo responder a las necesidades de la población y cómo respondería el Legislativo a la propuesta del Ejecutivo.

“Yo estaba en el salón, las imágenes fueron colocadas en cámara lenta y eso de alguna manera manipula la información dependiendo del enfoque que se le quiera dar”, aseguró Heinz Heimann.

Independientemente de que es un bochorno lo que le pasó al Presidente y de que sería mejor que si está “cansado” no lo lleven a actos públicos, la negación del vocero ante lo evidente es un burdo testo que preocupa porque eso quiere decir que ya cayeron en el extremo de negar hasta lo que captan las cámaras de forma inequívoca.

La humildad no es una virtud de nuestros mandatarios y eso no es nuevo, pero esta es una seña contundente de que si nos quieren ver la cara de babosos ante una cosa tan clara, peor lo van a hacer negando los problemas de fondo y diciendo que el país va por un rumbo bueno, que han hecho cosas que ningún gobierno ha logrado, que entre la prensa y las redes no se ve lo positivo y por supuesto, que siguen siendo “ni corruptos ni ladrones”.

El Presidente ha resultado tan limitado en el ejercicio de su función que hasta ha logrado que haya algunos que ahora dicen que Sandra Torres debe ser quien enderece el rumbo; imaginen qué efecto tan malo ha tenido Morales para lograr que poderosos actores extranjeros que operan en el país piensen que Torres es la solución.

Yo lo he dicho hasta el cansancio: a nosotros aquí en La Hora no nos causa gracia el rumbo que lleva el país o las pinceladas que nos dejan nuestros representantes, porque cada día que pasa es un día más de sufrimiento, abandono y olvido del 60% de nuestra gente que es pobre y es un día más de gloria para los pícaros.

Todos cometemos errores, pero los políticos muy pocas veces tienen la humildad de decir me equivoqué, de reconocer que metieron la pata y eso los hace perder credibilidad, perder liderazgo porque demuestran que el poder los coopta y los desconecta de la realidad.

En el video se mira que el mismo Morales se siente como la culpa traidora cuando se despierta del cuaje, se rasca la cabeza, sonríe con pena y aún así nos quieren ver la cara de pendejos. Reconocer que la “había volado” era suficiente para zanjar el debate.

Triste saber que no hay capacidad para reconocer los deslices y si no hay humildad para reconocer lo pequeño, nunca habrá entereza para reconocer que cambiar el sistema y el rumbo del país es una tarea titánica y que además de lo difícil que es, no tienen la más mínima noción de lo que se necesita.

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