Por PABLO ELÍAS GIUSSANI,
NACIONES UNIDAS
Agencia AP

«Hay gente que está contra la paz, que solo ven la guerra como salida», afirmó Santos ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. «Tal vez porque sin la guerra pierden su poder. Se han acostumbrado a vivir de ella, lucran con ella y no se imaginan vivir sin ella».

«Tenemos que persuadir a los promotores de la guerra. Convencerlos de que ese no es el camino y convertirlos en promotores de la paz», acotó.

Santos dijo que la negociación que inició hace dos años con la FARC «ha sido un proceso serio, realista, digno y eficaz», que ya generó acuerdos en tres de los cinco puntos principales. Agregó que espera avances en los dos restantes y poder darle al mundo la noticia de que se resolvió el último conflicto armado del Hemisferio Occidental.

El gobierno colombiano, por otro lado, contempla también sentarse a la mesa de negociaciones con otra guerrilla, el ELN.

«En un mundo lleno de malas noticias, de guerra, de terrorismo, de enfermedades, quisiera traer a esta asamblea una luz de esperanza, la esperanza de alcanzar la paz en Colombia después de un conflicto de más de medio siglo», señaló Santos. «Si logramos esto que los colombianos hemos buscado sin éxito por tanto tiempo, entonces habrá una esperanza para la paz en cualquier lugar del mundo por difíciles que las cosas se vean ahora».

Su gobierno es un firme creyente en las «soluciones políticas negociadas», indicó el presidente colombiano, quien exhortó a la comunidad internacional a hacer todo lo posible «para que el sentido de humanidad venza a la guerra».

«Estamos perdiendo el norte cuando vemos las tragedias que sufre la humanidad sin que nos duela, sin que el mundo despierte y tome acciones decididas para solucionarlas. No podemos perder la capacidad de asombro frente a la guerra. ¡Es hora de despertar! ¡Es hora de actuar!», insistió.

Santos habló casi exclusivamente del proceso de paz en su país y dijo que no se ganará esa batalla si no se combate el narcotráfico, al que describió como «un combustible del conflicto en Colombia y en todo el mundo».

Expresó satisfacción de que en la asamblea extraordinaria de la OEA llevada a cabo la semana pasada en Guatemala se hayan logrado varios consensos sobre la posición hemisférica. La resolución adoptada, expresó, «muestra que podemos avanzar juntos en este tema».

Santos es uno de los promotores de soluciones alternativas a la guerra contra el narcotráfico, que vayan más allá de la vía militar.

Destacó asimismo que las FARC se han comprometido a «contribuir de manera contundente a la solución definitiva del problema de las drogas ilícitas y a poner fin a cualquier relación que hayan tenido con este fenómeno».

Gobierno y FARC lograron acuerdos en relación con el desarrollo rural integral, la participación política y el problema de las drogas ilícitas. Ahora se enfocan en los otros dos temas sustantivos: víctimas y el fin del conflicto.

Santos sostuvo que el hecho de que se esté dando un papel prominente a las víctimas en la negociación es «un hecho sin precedentes, creo que en la historia del mundo: representantes de las víctimas están exponiendo su situación, su dolor y sus expectativas ante los propios negociadores del gobierno y la guerrilla».

Citó dos ejemplos, incluido el de Constanza Turbay, que, dijo, «representa el valor y la valentía de nuestras mujeres».

«Perdió a casi toda su familia a manos de la guerrilla, (y) tuvo la oportunidad de mirar a sus victimarios a los ojos y recibir de ellos las manifestaciones de un arrepentimiento sincero. En sus propias palabras, las víctimas están ‘cambiando su dolor por la esperanza de paz»’.

Añadió que Juanita Barragán, «otra mujer que pasó varios años de su infancia en las filas de las FARC, pudo decirles en La Habana a sus antiguos jefes: ‘Por favor, no acepten más niños para pelear su guerra’. Ella hoy quiere ser abogada y trabajar por la infancia».

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