Jorge Santos
Durante los últimos años ha existido una tendencia cada vez más fuerte a negar la ideología o bien llamados a alejarse de lo ideológico. Esta burda idea de que lo ideológico es algo negativo, surge precisamente de una ideología que pretende hacer valer la verdad como única.
Es por ello que se hace necesario que conozcamos qué significa la palabra ideología e ir agudizando nuestra mirada del riesgo de caer en el discurso de negación de la ideología. En ese sentido cabe señalar que la ideología no es más que el conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, un colectivo de personas o bien un tiempo determinado. También la ideología puede ser entendida como la doctrina filosófica centrada en el estudio del origen y desarrollo de las ideas.
Es por lo tanto, ese conjunto de ideas que en el marco de la sociedad (o en el ámbito de lo colectivo) tiende a conservar o a transformar el sistema social, económico, político o cultural existente, y para quienes se han dedicado a estudiar esta cuenta con dos características principales; la primera se trata de una representación de la sociedad y presenta un programa o una agenda política. Por lo tanto, reflexiona sobre cómo actúa la sociedad en su conjunto y, en base a eso, elabora un plan de acción para acercarse a lo que considera como la sociedad ideal.
Yendo al objeto de este artículo durante los últimos años existe una tendencia a satanizar todo aquello que tiene (como es obvio) un fuerte componente ideológico, bajo el cual se desnuda o destapa, otro planteamiento ideológico que está siendo presentado de otras maneras, con el objetivo de ocultar la verdad material que oprime, explota, expulsa o excluye. Es por esta razón que inmediatamente después de que alguien esgrime argumentos que identifican a la realidad con sus verdaderas características, rápido se le acusa de estar ideologizado.
El que una persona o colectivo no nombre la ideología bajo la cual actúa, no supone la ausencia de esta. Para quienes defienden el status quo, el objetivo es generar una falsa conciencia sobre las condiciones materiales y reales de existencia de las y los individuos o de las poblaciones. Por ejemplo, cuando se afirma que la pobreza tiene sus orígenes en el modelo de desarrollo existente y se nombra los componentes de este y quienes fueron y son sus creadores, rápido salen las y los defensores del estado actual de las cosas a atacar dicho argumento, acusándolo de “ideológico”, cuando en verdad lo que desean es expresar que la ideología que defienden y aspiran se siente atentada por otro conjunto de ideas.
Es por ello que se hace necesario tomar plena conciencia de que al momento en que surge el argumento de “lo ideológico”, lo que está en realidad detrás no es más que la defensa de la opresión, la exclusión, la inequidad e incluso la defensa de la corrupción e impunidad.