RIO DE JANEIRO
AP

La instalación más problemática de las Olimpiadas de Río de Janeiro —el velódromo bajo techo— está casi lista, cuando faltan menos de seis semanas para la inauguración de los Juegos.

Los organizadores de Río tomaron posesión del velódromo el domingo, y unos 30 ciclistas, mayormente brasileños, rodaron sus bicicletas en la pista durante una sesión de prácticas.

Es la última instalación permanente en el Parque Olímpico en ser entregada a los organizadores. Reiteradas demoras y disputas de contratos forzaron a cancelar dos competencias ciclísticas. La primera carrera real en el velódromo tendrá lugar tras la inauguración de los Juegos el 5 de agosto.

Durante meses, la Unión Ciclística Internacional (UCI) se quejó por las demoras.

«Desde luego, esto no es lo ideal, pero ante las circunstancias estamos muy contentos de realizar algunas prácticas en este fin de semana», dijo Gilles Peruzzi, delegado técnico del organismo rector del ciclismo mundial.

Peruzzi añadió que, después de todos los retrasos, la sede se constituye como un «resultado positivo».

Sin embargo, hay todavía trabajos pendientes en el velódromo. Entre éstos figura la instalación de butacas temporales, así como otras instalaciones.

Los encargados de limpiar las ventanas trabajaban ayer en un extremo del inmueble, donde faltan zonas por pintar.

«Vemos que esto sigue en construcción, así que hay una capa de polvo sobre la pista», comentó el ciclista suizo Gael Suter, quien practicó el domingo y no se ha clasificado todavía para sus primeros Juegos Olímpicos. «Pero sin duda esto estará listo para las Olimpíadas, y la pista será rápida».

El alcalde de Río, Eduardo Paes, expresó en el acto de entrega del velódromo que se erogó poco dinero de las arcas públicas en los Juegos Olímpicos. Señaló que las empresas privadas se han encargado de los principales proyectos, repitiendo una declaración que ha emitido en otros actos.

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