BEIRUT, Líbano
AP y DPA

Al menos 25 civiles, entre ellos seis niños, murieron en bombardeos aéreos contra Al Raqqa, bastión del Estado Islámico en el norte de Siria, informó hoy el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

Por el momento no está claro si los bombardeos fueron obra de las fuerzas aéreas sirias o rusas, afirmó el Observatorio. La cifra de fallecidos podría aumentar, ya que hay decenas de heridos, agregó.

Las tropas de Bashar al Assad intentan avanzar desde el suroeste hacia Al Raqqa, que está controlada por la milicia yihadista. Sin embargo, el lunes los combatientes del EI consiguieron contener a las tropas sirias. Rusia e Irán son los principales aliados del régimen de Al Assad. Moscú apoya al Gobierno desde septiembre con ataques aéreos.

El grupo activista culpó a las aviaciones de Rusia y Siria de la ofensiva de ayer, afirmando que Damasco y su aliada Moscú bombardean a los extremistas ante la frustración por los reveses del gobierno en su campaña esta semana.

El gobierno sirio no hizo comentarios al respecto en un primer momento. La coalición liderada por Estados Unidos también ha bombardeado el feudo de la milicia radical en Siria, que el grupo suní considera la capital de su autoproclamado califato. También es la capital de la provincia siria con el mismo nombre.

Según el grupo Raqqa Is Being Slaughtered Silently , al menos un ataque aéreo tuvo como objetivo un barrio popular entre los «combatientes extranjeros» — insurgentes que viajaron a Siria para luchar con Estado Islámico.

El grupo Estado Islámico recuperó el martes amplias extensiones de la provincia de Raqqa de manos del gobierno, apenas dos días después de que tropas sirias lograran tomar brevemente Thawra, un campo petrolífero en manos del grupo armado, y amenazó con retomar la base aérea de Tabqa de manos milicianos.

La publicitada campaña del gobierno para recuperar Raqqa comenzó el 2 de junio. Fuerzas del gobierno sirio avanzaron el domingo hasta seis millas (10 kilómetros) de la base de Taqba. La base, situada a 45 kilómetros (28 millas) de Raqqa, tiene valor estratégico y simbólico en la campaña del gobierno por expulsar a los extremistas de su bastión.

La base fue la última del gobierno en la provincia que cayó ante los milicianos del grupo EI en agosto de 2014, una ofensiva en la que murieron decenas de soldados sirios detenidos. Los combatientes del grupo extremista documentaron la matanza en video. La propia Raqqa se convirtió en la primera ciudad controlada por los milicianos extremistas.

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