POR VIRGINIA CONTRERAS
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Considerado como el más bello del mundo, “el endiosado y adorado lago que atrae a poetas, pensadores y turistas”, como lo describió la revista National Geographic, se encuentra severamente contaminado por las mismas causas que el lago de Amatitlán: descargas directas de aguas residuales, erosión del suelo y disposición desordenada de desechos sólidos en sus aguas. ¿Perderá el lago de Atitlán el atractivo que lo hizo famoso a nivel internacional?
Según datos del “Proyecto Unidos por el Lago de Atitlán”, financiado por la Agencia de los Estados Unidos de América para el Desarrollo Internacional (USAID), en los últimos años se ha reducido la claridad del lago. Además, los bajos índices de oxígeno disponibles debajo de los 250 metros de profundidad indican que existe alta polución provocada por diferentes actividades humanas.
La contaminación de Atitlán se ha incrementado significativamente, en los últimos años, debido al alto crecimiento demográfico de la cuenca y por la falta de servicios básicos de saneamiento modernos, aunado al crecimiento de la frontera agrícola y el uso irresponsable de productos agroquímicos en agricultura.
Desde 2008 se han producido afloramientos de cianobacterias, una especie de alga que se dispersa finamente en toda el agua y puede causar una considerable turbiedad en la misma.
En agosto de 2015 la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) declaró Alerta Amarilla en las poblaciones alrededor del lago debido a que se encontraron tres tipos de cianobacteria en el agua, lo que motivó a prohibir su uso para consumo, lavar alimentos o bañarse, así como para practicar actividades recreativas.
Esta situación puso en alerta a instituciones de gobierno, investigadores y a la población en general.
EL IMPACTO DE LAS POBLACIONES
Geográficamente la cuenca se conforma por quince municipios, cada uno tiene un impacto directo en el ecosistema del lago, sobre todo en la calidad del agua, ya que el lago de Atitlán posee una cuenca endorreica, es decir que no tiene salidas hacia el océano y, por lo tanto, cualquier lluvia o precipitación permanece ahí, abandonando el sistema únicamente por infiltración o evaporación.
Según la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Atitlán y su Entorno (AMSCLAE), las tres principales fuentes de contaminación que deben solucionarse de inmediato son: las aguas residuales que entran al lago, la disposición de residuos sólidos (basura) y la erosión del suelo.
Esta última incluye tres factores principales: expansión de la frontera agrícola; uso de agroquímicos, que potencian los afloramientos de cianobacterias, y conservación de suelos agrícolas.
AGUAS RESIDUALES
Alan Pérez, encargado de la Unidad de Aguas Residuales de AMSCLAE, mencionó que cuentan con once plantas de tratamiento ubicadas en Sololá, Santiago Atitlán, San Andrés Semetabaj y Panajachel; sin embargo, considera que no cumplen con todos los parámetros requeridos, ya que fueron construidas antes de que saliera el Reglamento 12-2011, elaborado especialmente para el lago de Atitlán.
Pérez señaló que otras plantas fueron construidas con base en el Reglamento 236-2006 y, por lo tanto, no cuentan con la tecnología para remover los componentes que el agua residual contiene.
En tal sentido, estudios realizados han determinado que se debe eliminar totalmente la descarga de elementos perjudiciales y nutrientes (fósforo y nitrógeno) del lago si se quiere revertir el proceso de contaminación.
Para la Asociación de Amigos del Lago de Atitlán, las plantas de tratamiento no son una solución total, sino tan solo la primera acción de un proyecto integral que pretende evitar que se viertan aguas negras en el agua.
TRATAMIENTO DE AGUAS
A criterio de Toshifumi Ando, asesor de saneamiento del Instituto de Fomento Municipal (Infom), el país está avanzando en el tema de agua potable, ya que el año pasado cumplió la meta trazada en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, pero aún está pendiente de implementar el tratamiento adecuado de las aguas residuales.
Ando manifestó que un avance positivo es la medida gubernamental que busca imponer el Reglamento de aguas residuales, proyecto para el cual brinda asistencia técnica para las municipalidades.
El experto considera que los principales retos están en conseguir el financiamiento para las plantas de tratamiento y los terrenos donde ubicarlas, así como la sensibilización de la población.
A esta opinión se unió la de los jefes ediles de las comunas, quienes expresan que tienen disponibilidad de colaborar, pero no cuentan con los fondos para hacerlo.
FALTA DE RECURSOS Y AHORA HASTA 2019
Edwin Escobar, presidente de la Asociación Nacional de Municipalidades (ANAM) destacó que el no contar con las plantas de tratamiento de aguas residuales adecuadas, no es un tema de voluntad, sino de recursos financieros.
El Acuerdo Gubernativo 110-2016 establece que los jefes ediles deberán realizar estudios para empezar a construir las plantas el próximo año, por lo que, según Escobar, han buscado recursos con el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), al igual que con el Crédito Hipotecario Nacional (CHN).
“Son proyectos de gran envergadura, puesto que las quince comunidades que aportan al lago deberán tener una -planta de tratamiento- y no pueden ser pequeñas dado que la población, en su mayoría, está arriba de los 50 mil habitantes”, explicó.
El Acuerdo Gubernativo 110-2016 vino a modificar al 236-2006, Manual General del Reglamento de las descargas y reuso de aguas residuales y de la disposición de lodos.
El pasado 3 de junio el presidente Jimmy Morales, el ministro de Ambiente, Sydney Samuels, y los alcaldes municipales de todo el país sostuvieron una reunión en el Palacio Nacional de la Cultura, con el fin de conformar la “Mesa Nacional de Ambiente y Gobiernos Locales”. En la misma también participó, Juan Carlos Ligorría, presidente del Infom, y Luis Velásquez, presidente del CHN.
En esa ocasión, Samuels indicó que el acuerdo 110-2016 amplió el plazo para que las municipalidades puedan contar con plantas de tratamiento de aguas residuales, ya que el mismo vencía en mayo de 2017; ahora será el 6 de mayo de 2019.
A decir del funcionario, el motivo que ocasionó dicha ampliación fue la falta de recursos económicos para iniciar la construcción y señaló que se busca gestionar un financiamiento con el CHN.
DESECHOS SÓLIDOS
De acuerdo con Cristian Palacios, encargado de la Unidad de Desechos Sólidos de AMSCLAE, actualmente ya existen catorce plantas de tratamiento de basura, las cuales se encuentran ubicadas en doce municipios y dos aldeas. Detalló que son operadas por cada municipalidad y subsidiadas en cierta medida por las mismas.
Palacios considera que el principal desafío al que se enfrenta el sistema de manejo de desechos sólidos en esa localidad es a la clasificación de los residuos, lo que debería de llevarse a cabo desde los hogares.
Resaltó que anualmente, en toda la cuenca, se producen 36 mil 400 toneladas métricas de basura, y destacó que tienen conocimiento de la existencia de alrededor de 264 basureros clandestinos en la misma área.
Asimismo, Palacios detalló que cuentan con seis rellenos sanitarios, ubicados en San Pedro La Laguna, San Marcos La Laguna, Santa Lucía Utatlán, San José Chacayá, Santa Catarina Palopó y San Lucas Tolimán.
Explicó que los principales contaminantes en el área son el duroport y la bolsa plástica, ya que son materiales que no se reciclan. En consecuencia, indicó que se formuló una ordenanza para evitar la utilización de ambos materiales en los quince municipios de la cuenca, pero al momento no ha entrado en vigencia.
En su defecto, señaló que pretenden solicitar a las comunas que mediante un Acuerdo Municipal establezcan la prohibición de su uso.
MANEJO DE SUELOS
Esta problemática se ha abordado desde que el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) determinó en 2013 a través del documento “Estudio Semidetallado de los suelos del departamento de Sololá”, que el territorio presentaba un 11 por ciento de erosión severa, un 39 por ciento de erosión moderada y un 20 por ciento de erosión leve, haciendo un total de 70 por ciento.
El estudio también estipuló que en los últimos 50 años se perdió el 50 por ciento de los suelos fértiles por la expansión de la frontera agrícola y la deforestación.
Aunado a ello, el uso de agroquímicos contribuyó al exceso de nutrientes (fósforo y nitrógeno) en los cuerpos del agua de la cuenca, a la vez que aumentó la polución de las fuentes de agua y del mismo lago.
Con el involucramiento de distintas entidades como Anacafé, el MAGA y el Proyecto de Desarrollo Económico Rural de Sololá (PROSOL), entre otras, se logró realizar una fórmula de fertilizante adecuada para los suelos de Sololá, y se creó la fórmula 20-03-17, que disminuye la proliferación de cianobacterias en el lago.
Se ha avanzado, pero aún falta mucho por hacer y para ello AMSCLAE considera necesario aplicar el Plan maestro y contar con más recursos.
PLAN MAESTRO
La entidad a favor del lago posee un presupuesto vigente de Q12 millones, pero no son suficientes para iniciar el “Plan Maestro de Manejo Integral de Aguas Residuales y Agua Potable de los municipios de la cuenca del Lago Atitlán”, que consiste en tres etapas, y parte de la elaboración de un diagnóstico y fijación de parámetros de diseño en base al balance hídrico que cuantifica para un horizonte de treinta años.
Y entre otras cosas, propiciará la participación de las autoridades municipales que la conforman, en la identificación de las soluciones para el urgente e impostergable saneamiento de ésta.
ATITLÁN, EL MÁS BELLO DEL MUNDO
Ubicado en el departamento de Sololá, a 1 mil 562 metros sobre el nivel del mar, el lago de Atitlán tiene una profundidad máxima de más de 330 metros, su volumen de agua varía entre 24 y 25 kilómetros cúbicos y su área se calcula en 130 kilómetros cuadrados.
Su belleza es uno de los principales atractivos turísticos del país, ya que según el Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat), es el quinto lugar más visitado del país, contabilizando 276 mil 135 visitantes extranjeros en la pasada Semana Santa.
El lago es de origen volcánico y yace en una antigua caldera, su paisaje lo conforman los volcanes San Pedro, Atitlán y Tolimán, ubicados en la parte suroccidental. Lo rodean varios pueblos que reciben los nombres de los apóstoles, así como 18 pequeñas islas.